viernes, 19 de febrero de 2010

Los personajes que participan en el relato del Señor del Hospital de Salamanca. 4ª parte.

15.- Juan Sánchez Baquera.


Este personaje no aparece propiamente dentro del relato, pero se menciona en una nota que hace don Vicente Flores respecto a la fuente que él utiliza para la mejor interpretación de la lengua otomí. Aunque no hace referencia del nombre del libro, el cual, seguramente será “Luz y guía para leer, escribir, pronunciar y saber el otomí”, obra escrita, quizá en el siglo XVII por el sacerdote español Juan Sánchez Baquera.


Me ha sido difícil saber más de su vida, ni fecha de nacimiento ni año de llegada a México, quizá fue un fraile franciscano, considerando que hay una referencia como “secular en Tula”, pero nada confirmado con exactitud.


Lo que si hay es una referencia del libro, esto lo encontré en la biblioteca virtual de la Universidad de Toronto el cual menciona a Sánchez de la Baquera en el libro de “El estudio de las lenguas y las Misiones” (1). “El Otomí, una de las lenguas de Méjico hoy más difundidas, (este texto fue publicado en 1893) según Brancroft, era la lengua de un pueblo tosco y salvaje que habitaba los confines del valle Anáhuac. Nombraremos ahora las principales obras de la rica literatura que produjo el manejo de esta lengua… Entre los gramáticos del otomí, dos son los más notablemente conocidos, Luís Nevé y Molina y Sánchez de la Baquera. Nevé y Molina (i) se afano sobre todo por dar una exacta trascripción y ortografía del otomí. Su gramática y diccionario, que aparecieron por primera vez en 1767, han tenido varias ediciones. Molina fue profesor del otomí é intérprete en el Santo Oficio. Casi por el mismo tiempo tuvo esta lengua un eminente conocedor de ella en Sánchez de la Baquera (2). De sus obras debemos hacer resaltar la guía práctica para aprender el otomí, la gramática, diccionario y catecismo.


(1) Pilling, Proofihcets. n. 273S; (2) lbid. n. 3472”.


Si estás interesado en leer el libro completo, el acceso es en el siguiente enlace:

http://www.archive.org/stream/elestudiodelasle00dahluoft/elestudiodelasle00dahluoft_djvu.txt


16.- Fani, el Catecúmeno.


Este llega a ser el siguiente personaje esencial de la historia en el relato. De el no se sabe su nombre pues fue encontrado desvanecido una vez ocurrido el prodigio del cambio de color en las inmediaciones de Dañú. Una vez recuperado, pues tenía días sin comer ya que huía del encomendero al cual pertenecía se une al grupo de los 7 otomíes nombrándolo Fani, que en su lengua significa venado, dada la habilidad para correr por los montes. Continúan por Querétaro y Apaseo, antes de llegar a Celaya, Faní se adelanta en el camino tratando de saber el paradero de los de Xilotepec, encontrándolos en una venta en lo que actualmente es Celaya, es entonces que ellos, los otomíes enfilan rumbo a Cortazar.


Vuelve a aparecer en el relato cuando estaban ya instalados en la Estancia de Barahona, y la copia de la imagen del Santo Cristo había sido ya elaborada, es el Fani quien lleva la copia hasta la puerta del templo. El es quién conserva las llaves del templo de la Asunción y quien certifica que las campanas están doblando sin que nadie las toque. Y es el Fani el personaje que cierra el relato pues… “su Ilma. hizo que se le presentara el catecúmeno y le dijo que hiciera la señal de la Cruz, la cual hizo, diciéndole después su Ilma. “Tu trajiste la dicha a esta comarca; tu te vas a llamar Buenaventura; anda a que te bauticen”. (3)


17.- Baltasar López Ledesma.


Se menciona como cuñado de Sancho de Barahona, pero no hay ningún dato más de él. Se dice que estuvo en la fundación de la Villa de Salamanca, pero no he podido comprobar esto cabalmente.


18.- Sancho de Barahona.


Se dice que era el dueño de la Estancia de Barahona, don Pedro González, historiador salmantino lo comenta así: “La instalación de encomiendas se hizo desde luego por mercedes que concedió el primer Virrey Don Antonio Mendoza, con sitios de ganado mayor y menor, á los españoles Sancho y Juan de Barahona, quienes fundaron la Estancia de este apellido y por mercedes semejantes, se fundaron á la vez las de Mancera, Valtierra, Mendoza, Sarabia, etc., son estos nombres de las haciendas inmediatas que aun existen” (4). Ha sido difícil encontrar mayores datos sobre estos personajes de apellido Barahona.


Hubo un Sancho de Barahona que estuvo al lado de Hernán Cortés durante la conquista de Tenochtitlán, pero, la tradición marcó que a los 300 españoles que estuvieron junto a Cortés se le entregaban inmensas porciones de tierra no como Estancias, es decir, no en propiedad, sino como Encomiendas, es decir, a cargo de un territorio en la ya nombrada Nueva España.


Hay un Sancho de Barahona en la lista, pero a ese le fue encomendada la zona sur del territorio apenas conquistado, el actual Guatemala, a donde llegó como uno de los Capitanes de Pedro de Alvarado, entre 1521-27. Una de las poblaciones fundadas por Sancho de Barahona fue Santa Catarina, cosa que sucedió entre 1530-1540. Hay una buena cantidad de referencias que así lo marcan, a don Sancho de Barahona y su esposa, Isabel de Escobar, como los iniciadores de una gran familia que aún persiste en todo Centroamérica, especialmente en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Este Sancho de Barahona tuvo dos hijos, precisamente de nombres Sancho y Juan, lo cual, presumiblemente podemos decir que fueron ellos a quienes se les dio la estancia ubicada a un lado del río Grande, es decir, lo que conocemos como Lerma, pero ¿el hijo de un conquistador recibiría tan solo una estancia?


Una estancia de ganado mayor, equivale a 1756 hectáreas, una de menor a 780 hectáreas, no creo, sinceramente que ellos se conformaran con tan poca propiedad, siendo que, su padre, estaba ya instalado en Guatemala.


En el Archivo General de la Nación (AGNM v.25f.123r-133r), encontramos que a Sancho de Barahona se le entregó 1 estancia de ganado menor, 4 caballerías y 1 calera en Tlapanaloya, localizada en la actual Tepeji del Río, estado de Hidalgo. (5) Indudablemente que sobre Sancho de Barahona debemos de profundizar aun más.


Bibliografía:


1.- El estudio de las lenguas y las Misiones. José Dahlmann, S.J. Traducido del alemán por Jerónimo Rojas, S.J. Librería Catolk V de Gregorio del Amo. Madrid, 1893.


2.- Historia de la milagrosa imagen del Señor del Hospital de Salamanca. Introducción atribuida a José Rojas Garcidueñas. Imprenta del Bosque, México DF. 1967.


3.- Ibid.


4.- Geografía local del Estado de Guanajuato. Lecciones escritas para dar a conocer esta región de la República Mexicana a los profesores de Instrucción Primaria y a la juventud misma. Guanajautao, 1904.


5.- PEOPLE, SHEEP, AND LANDSCAPE CHANGE IN COLONIAL MEXICO: THE SIXTEENTH-CENTURY TRANSFORMATION OF THE VALLE DEL MEZQUITAL A Dissertation Submitted to the Graduate Faculty of the Louisiana State University and Agricultural and Mechanical College in partial fulfilment of the requirements for the degree of Doctor of Philosophy in The Department of Geography and Anthropology Richard William Hunter B.A., South Dakota State University, 2001 B.S., South Dakota State University, 2001 M.S., South Dakota State University, 2003 May 2009



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