El martes último, que fue el 8 de marzo, comenzó a sentirse frío y el viento arreció, luego hizo más frío y más viento, granizó, y en lugares no muy lejanos hubo nevadas. La sierra de Lobos, la de Guanajuato seguramente en la de Codornices la temperatura bajó a menos de 0° y la capa de nieve cubrió esos rumbos, cosa pocas veces vista. Un notorio y brusco cambio de temperatura se dio, un temporal nos azotó, un aviso de que estamos inmersos en el cambio climático y ya vemos las consecuencias.
Eso me hizo recordar que ya, en 1967 había caído una nevada, creo en los mismos lugares mencionados, lo que sí recuerdo fue que en la ciudad de México les nevó. Aquí fue el 7 de febrero de 1881 cuando nevó y antes, en 1859, en los primeros días de septiembre se vio una aurora boreal, hecho inédito no solo en Salamanca sino en todo el hemisferio boreal. Sobre la aurora boreal Rojas Garciduñas tiene un interesantísimo relato y en él de pronto cuenta que la gente de Salamanca decía que ese fenómeno era un castigo de Dios a consecuencia de las Leyes de Reforma.
Esto lo traigo a colación porque, caminando hoy por Nativitas oí a una señora decir que ese viento que tuvimos con el temporal fue obra de Dios que nos quiere quiatar "a tanta gente mala que hay". Bueno, si esa es la razón y la solución, esperemos el siguiente. Mientras, te comparto las fotos que esta mañana tomé.
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