martes, 2 de marzo de 2010

Tata Vasco, personaje fundamental en el relato del Señor del Hospital de Salamanca.

Esta es la última parte, 7 de 7, de “Los personajes que participan en el relato del Señor del Hospital de Salamanca”.



Fotografía del retrato elaborado a don Vasco de Quiroga que se utiliza actualmente para difundir su Proceso y Causa de Beatificación


31.- Don Vasco de Quiroga


El relato de mejor manera no puede concluir, mencionando al más portentoso de los personajes de la larga lista que a lo largo del desarrollo del recorrido van apareciendo, 31 para ser precisos, y es éste último el más grandioso de todos: Tata Vasco, el primer Obispo de Michoacán, cuya presencia sigue latente y su obra en parte viva, nos deja ver una de las más grandes personalidades que viniendo de España lograron poner en practica la verdadera razón de la conquista.


“Para terminar esta historia de la venida del Señor a este lugar, solo nos resta decir que por el año de 1563 vino el Señor Quiroga a Xidóo, Su Ilma. Era muy anciano, pues le faltaban cuatro años para acabar el siglo. Venía en una carreta tirada por unos bueyes que los indios quitaron para arrastrarla ellos; lo acompañaban varios Misioneros y se detuvo en Xidóo”. (1)


Interior de la Catedral-Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Pátzcuaro, Michoacán.


Pretender escribir la vida de don Vasco de Quiroga, Tata Vasco, para ser más precisos, sería pretensioso; razón por la cual, solamente daré los datos esenciales de fechas y sus movimientos en el antiguo Obispado de Michoacán, pretendo con esto, motivarte para que te adentres personalmente en algo que sin duda es una vida apasionante, un personaje impresionante, cuya monumentalidad aun no logramos entender del todo. Me apoyaré especialmente en lo escrito por alguien que, entendiendo esa monumentalidad, nos ofrece un estupendo libro: Don Vasco de Quiroga, una visión histórica, teológica y pastoral. Escrito por el Doctor en Teología Juan Manuel Hurtado. Y publicado por Ediciones Dabar en México en el año de 1999.


Las reglas establecidas por Tata Vasco aun siguen vigentes y cumpliéndose día a día.


Pero, ¿quién fue en realidad Tata Vasco? “Lo primero que podemos decir con toda sencillez y espontaneidad es que la memoria de don Vasco de Quiroga sigue viva en el pueblo de Michoacán. Esto se advierte en las tradiciones del pueblo, en las artesanías en su organización económica, en su mentalidad, en el cariño que le tiene el pueblo, expresado en un sinnúmero de manifestaciones, en la misma alma del pueblo, que quizás es lo más profundo y por lo mismo no se deja fácilmente especificar, medir, señalar, expresar”. (2)


El nombre original de Tata Vasco era Vasco Vázquez de Quiroga y Alonso de la Cárcel, nació en un pequeño pueblo de la provincia de Ávila, más o menos a mitad de camino entre la ciudad de Ávila, lugar de nacimiento de Santa Teresa y San Juan de la Cruz y Salamanca, sede de la más prestigiada Universidad del siglo XV y XVI, el pueblo se llama Madrigal de las Altas Torres, esto ocurre muy al final de la Edad Media, en 1470.


Busto de Tata Vasco que se encuentra en Santa Clara del Cobre, Michoacán.


Contrario a lo que muchos imaginábamos, Tata Vasco no hizo sus estudios enfocados al sacerdocio, cosa común a finales del siglo XV, de que toda persona brillante, inteligente y con ansia de aprender más veía como oportunidad única de aprender, el asistir a un seminario y tomar los hábitos, fue en la Universidad de Salamanca donde, seguramente se laureó como Abogado, pasando luego a formar parte de la representación del la Corona Española en los tratados de paz con el rey de Tremecén (actual Argelia), esto sucedía en 1526 en el norte de África, mientras que en México la sed vehemencial de obtener riquezas y poder por parte del Presidente de la Real Audiencia de México, el que se autonombró como Presidente de la Nueva España, Nuño Beltrán de Guzmán. Él, el peor de todos los que participaron en la conquista de México creó un estado de pánico, abuso, vejación y sometimiento tal que las quejas fueron tantas que llegaron a los oídos del rey de España Carlos V, al tiempo fue destituido del cargo, aprehendido y enviado con grilletes prisionero a España en donde murió prisionero del Castillo de Torrejón de Velasco en las cercanías de Madrid.


Monumento a Tata Vasco en la Plaza principal de Pátzcuaro, Michoacán.


Para tener una idea de las tácticas de Nuño de Guzmán, leemos en Wikipedia que “Su táctica era la siguiente: sitiar los poblados indígenas, apropiarse del maíz y otros cultivos, arrasar e incendiar las poblaciones, todo ello junto con tormentos aplicados a los caciques nativos para lograr información sobre sus riquezas y las de otros reinos indígenas, riquezas que frecuentemente no existían más que en la imaginación de Nuño de Guzmán. Un episodio entre tantos nos da una idea de sus tácticas. El "rey" o cazonci de los michoacanos, Tangáxoan Tzíntzicha, lo recibió en paz, le hizo regalos de muchos tejos de oro y plata, le dio guerreros y provisiones, pero Nuño de Guzmán respondió a su hospitalidad haciéndole torturar y ejecutar”.


Cancel labrado en madera por artesanos michoacanos que se encuentra en la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Pátzcuaro, Michoacán.


Mientras que las atrocidades cometidas por Nuño de Guzmán, la ejecución del último Cazonci del Imperio Tarasco en 1529 y la inestabilidad creada por el afán de obtener riquezas lo condujeron a su destitución, en España sucedía todo lo contrario ya que debido a los extraordinarios méritos de don Vasco de Quiroga durante su labor tanto en el norte de África como en la Real Cancillería de Valladolid fue recomendado por el Obispo de Badajoz para ocupar un importante cargo en el gobierno recién formado de la Nueva España, obteniendo el título de Oidor de la Real Audiencia de México.


Según lo ordenado por Tata Vasco, las celebraciones, especialmente la Exaltación de la Cruz siguen vigentes hoy día, aquí la peregrinación de Carácuaro a Santa Clara del Cobre, ambas poblaciones en el Estado de Michoacán.


Miguel Ángel Reynoso Robledo comenta que “El 2 de enero de 1530 estalló en las manos de Don Vasco una carta que iba a cambiar su vida. La reina Isabel, esposa de Carlos I, escribe a «su muy amado súbdito» proponiéndole formar parte de la nueva Audiencia que en breve partiría para la Nueva España, donde las cosas iban de mal en peor. Cartas semejantes recibieron altas personalidades del Reino, y más de uno se dio por excusado: aquélla era una aventura demasiado dura y arriesgada, en la que no había mucho por ganar... Vasco de Quiroga aceptó la propuesta inmediatamente, y a principios de septiembre de ese año se reúne en Sevilla con los otros tres oidores, Alonso Maldonado, Francisco Ceynos y Juan de Salmerón. Mientras don Antonio de Mendoza arreglaba sus asuntos personales, el obispo de Santo Domingo, Sebastián Ramírez de Fuenleal, sería el presidente de esta Real Audiencia”. (3)


Juan O’gorman en su celebérrimo mural “Historia de Michoacán” retrata a la perfección la Utopía, con sus personajes centrales, Tata Vasco y santo Tomás Moro. Se ubica en la Biblioteca Pública de Pátzcuaro, Michoacán.


Es el 9 de enero de 1531 cuando se instala la Real Audiencia. Meses después, comprobando el mismo la situación real de abuso y vejación contra los indios el Licenciado don Vasco de Quiroga adquiere muy cerca de la Ciudad de México unos terrenos con la idea de comenzar la realización de un lugar en donde se ayudara, protegiera, educara y evangelizara a los naturales de estas tierras y para 1532 funda el Hospital de Santa Fe, cosa no bien vista por la mayoría de los españoles asentados en México ya que presenciaban que la forma de actuar del Oidor era totalmente diferente a la de ellos, pues él, en una auténtica manera de llevar a la práctica lo que la teoría Cristiana dice, piensan que alteraría con su actuar la dominación hispana. Don Vasco comienza a hacerse de enemigos, pero, ante la inteligencia, sagacidad y, sobre todo, profundos conocimientos y una singular personalidad logra salir avante en todo su proyecto, el que conocemos ahora como “Los Pueblos Hospitales”.


Siguen en pie, llenos de vida, los olivos plantados por los padres Fanciscanos hace más de 450 años en lo que fuera la huerta del Ex convento de San Francisco en Tzintzuntzan, Michoacán.


En el magnífico sitio de Internet Lugares de México de Anne Bonnefoy encontramos lo siguiente: “De la magistratura pasó al sacerdocio y fue consagrado por fray Juan de Zumárraga, entonces obispo de Michoacán. Carlos V había prohibido a sus súbditos que esclavizasen a los indios pero en 1534 derogó tal disposición. Al saberlo, Quiroga envió al monarca su célebre Información en derecho (1535), en la que condena enérgicamente a los encomenderos, hombres perversos quienes no conviene que los nativos “sean tenidos por hombres sino por bestias” y defiende apasionadamente a los indios, que no merecen perder la libertad”. (4). “En 1536 se aprueba en Roma al candidato presentado, y en 1537 llegan a México las Bulas correspondientes de Pablo III. Los frailes de la Nueva España reciben la noticia con alegría, en tanto que no pocos españoles civiles muestran su recelo ante lo que pueda hacer un obispo que asume con tanto valor y eficacia la causa de los indios... En rápida sucesión recibe Don Vasco las órdenes sagradas menores y mayores, y en diciembre de 1538, en la capital de México, es consagrado obispo por fray Juan de Zumárraga. Y poco después parte para su diócesis, que está todavía sin hacer”. (5)


En lo que ahora se denomina “Jardín de los Olivos” en el Ex Convento de San Francisco, se levanta un monumento a Tata Vasco, esto es en Tzintzunzan, Michoacán.


Ya con el nombramiento de Obispo le es más fácil desarrollar su idea basada en buena medida en la Utopía de santo Tomás Moro don Vasco se establece en Tzintzunzan, capital del Imperio Tarasco, al poco tiempo decide cambiar su sede y construir la nueva Catedral en Pátzucaro, su obra adquiere intensidad, funda el Colegio Seminario de San Nicolás, el que se convirtiera al paso del tiempo en Universidad y su idea de pueblo-hospital adquiere fuerza al fundar el de Santa Fe de la Laguna “donde los indios, apartados del continuo contacto con el español y libres de la encomienda y el tributo, pudieran vivir…. fuera del peligro…. y en buena policía y doctrina cristiana”.


La Huatapera sigue siendo el centro comunal en Santa Fe de la Laguna, localizado unos kilómetros al oeste de Quiroga, Michoacán.


En la biografía que publica Wikipedia vemos uno de los varios enfrentamientos a lo que don Vasco se enfrentó: “Durante su tarea sufrió la enemistad de algunos colonos españoles, que abandonaron Pátzcuaro para fundar una ciudad rival con el apoyo del virrey Antonio de Mendoza. El nuevo asentamiento recibió el nombre de "ciudad de Michoacán" (1541), antes de ser nombrado sucesivamente como Guayangareo, después Valladolid y finalmente, consumada la independencia de México en el siglo XIX, Morelia nombre que recibió la ciudad, hoy capital del estado de Michoacán, en honor al patricio de la guerra de independencia José María Morelos y Pavón”.


De pie siguen los árboles plantados por Tata Vasco en la Huatapera de Santa Fe de la Laguna. En la actualidad la campana cuelga de uno de ellos.


Se establece así la Huatapera, (“lugar del diálogo”), es decir, el Hospital, lo que sería el corazón de cada uno de los pueblos Utópicos que don Vasco quería fundar, Según Gortaire, la huatapera fue en el pasado “lugar de hospitalidad para los enfermos y peregrinos, escuela de adultos, preparación a los jóvenes que iban a casarse, aprendizaje de oficios y artesanías, escuela de niños, centro religioso ceremonial para la enseñanza cristiana y el culto”. (6)


El lago de Pátzcuaro visto desde la isla de Janitzio, al fondo se aprecia la ciudad, en donde Tata Vasco construiría su Catedral Michoacana.


Don Vasco funda al menos 90 hospitales en el Obispado de Michoacán, el cual para el último cuarto del siglo XVI incluye al de la Congregación de Salamanca, el cual, según algunas versiones, como la del Padre Romero y varios autores más fue erigida como curato por el mismo Obispo, don Vasco de Quiroga, a su paso rumbo a Pátzcuaro, luego de su viaje a España que duró siete años. “Según informan las Relaciones geográficas de Michoacán, hacia 1580, hubo un gran número de hospitales fundados por el obispo Quiroga. Al parecer, «el mayor número de fundaciones efectuadas personalmente por el obispo correspondió a la parte oriental de la Diócesis, mientras que en la occidental muchos de los hospitales debieron su existencia a los religiosos que atendían espiritualmente los pueblos. En el distrito de Ajuchitlán hubo sendos hospitales en cada una de sus cuatro cabeceras, y catorce en los aledaños, todos fundados por Quiroga. A él se le atribuyen también los de Chilchota, Taimeo y Necotlán»... Los hospitales se multiplicaron tanto «que el obispo Juan de Medina afirmaba en 1582 que apenas había en la Diócesis una villa con veinte o treinta casas que no se gloriara de poseer su propio hospital. El número total de los existentes en la Diócesis lo calculaba en superior a doscientos» (Warren )”. (7).


Monumento a Tata Vasco en la plaza central del pueblo-hospital de Santa Fe de la Laguna, Michoacán.


Enfocándonos más a lo que fue la fundación de hospitales en el norte del antiguo Obispado de Michoacán, lo que actualmente es el Estado de Guanajuato, encontramos algo sumamente interesante en el discurso pronunciado por el historiador Antonio Arriaga durante la conmemoración del IV centenario de la muerte de don Vasco de Quiroga: “… Su provincia, como es sabido, se extendía hasta el actual Estado de Guanajuato, en donde fundó los curatos de Irapuato, Salamanca y su hospital, San Miguel Allende; Acámbaro y su hospital; Dolores, que lleva el nombre de Hidalgo y Valle de Santiago, según lo investigó don Guadalupe Romero, el gran geógrafo e historiador michoacano”. (8)


Lindas chicas, autenticas representantes de la belleza Tarasca, ataviadas a la usanza de los pueblos de la laguna de Pátzcuaro. Son ellas, parte del amado pueblo de Tata Vasco.


Este dato lo corroboramos con el gran geógrafo o historiador salmantino, Pedro González, quien dice que “Antes, en 1563, recorriendo su diócesis el Sr. Quiroga no obstante su edad de 96 años, pues murió dos después, el 14 de Marzo de 1565, se detuvo en la Estancia de Barahona y fundó el templo del Hospital, estableciendo á la vez el Curato”. (9)


Fue Tata Vasco quién enseñó e impulsó la producción artesanal en los pueblos de la laguna de Pátzcuaro, misma que en la actualidad sigue siendo la principal fuente de trabajo de la zona.


Tata Vasco, con el don de la lucidez, rebasa los 90 años, se dice que pasó por la Estancia de Barahona o, tal vez nombrada entonces, Congregación de Salamanca, un día de 1563, tres años antes de su muerte, la cual nos lo comenta magistralmente el Teólogo español Padre don José María Iraburu: “Un día de enero de 1565, llega un día Tata Vasco a la encantadora población de Uruapan, uno de los más bellos lugares de Michoacán -que ya es decir-. Él mismo había trazado el plano de sus calles y canalizaciones de agua, y había construido allí iglesia, hospital y escuela. A su iniciativa se debía también la especialización del pueblo en trabajos de esmaltes y lacas. A él acuden aquel día sus diocesanos para besarle la mano y pedirle su bendición.


Aun se obtienen indulgencias al acudir al templo de la Huatapera en Santa Fe de la Laguna, Michoacán.


Pero el buen viejito de 95 años, que ya lleva veintisiete años de obispo, se siente desfallecer. Lo llevan al Hospital del Santo Sepulcro, donde queda recluido, y allí, en una tarde de marzo, entrega su alma al Creador. Entre llantos y oraciones, llevan su cuerpo en cortejo fúnebre a la Catedral de Páztcuaro, donde yace este gran renovador cristiano del mundo presente, a la espera de Cristo, el Señor, que cuando venga establecerá «un cielo nuevo y una nueva tierra» (Ap 21,1; +2Pe 3,13)”. (10)


Mausoleo en donde descansan los restos de Tata Vasco en la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Pátzcuaro, Michoacán.


Bibliografía:


1.- Historia de la milagrosa imagen del Señor del Hospital de Salamanca. Introducción atribuida a José Rojas Garcidueñas. Imprenta del Bosque, México DF. 1967.


2.- Don Vasco de Quiroga, una visión histórica, teológica y pastoral. Juan Manuel Hurtado. Ediciones Dabar. México 1999.


3.- Miguel Ángel Reynoso Romero http://www.monografias.com/trabajos58/don-vasco-de-quiroga/don-vasco-de-quiroga2.shtml


4.- http://www.lugaresdemexico.com/santa-fe.html


5.- Miguel Ángel Reynoso Romero…


6.- Santa Fe de la Laguna, presencia etnológica de un Pueblo Hospital. Alfonso Gortaire Iturralde. Editorial Abyayala, Quito, Ecuador, 1999. (Citado por Anne Bonnefoy).


7.- Vasco de Quiroga, fundador de hospitales y colegios. Benedict J. Warren. Separata de Missionalia Hispánica 67 (1966) 25-46. Madrid, 1966. (Citado por Miguel Ángel Reynoso Robledo).


8.- Vasco de Quiroga, fundador de pueblos. Discurso pronunciado en la conmemoración del IV Centenario de su muerte. Antonio Arriaga. Uruapan Michoacán, 14 de Marzo, 1965.

http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn01/EHN00108.pdf


9.- Geografía Local de Guanajuato. Pedro González, Guanajuato, 1904.


10.- Hechos de los Apóstoles en América, Don Vasco de Quiroga, de gobernante a obispo. José María Iraburu. Libro virtual en el siguiente enlace:

http://hispanidad.tripod.com/hechos.htm


En la Huatapera, cada semana, la estatua de Tata Vasco es coronada con flores frescas, esto nos da una clara idea de la fuerza, de la monumentalidad, de su presencia en uno de sus Hospitales Pueblo, en Santa Fe de la Laguna, Michoacán.


Una lectura reconfortante que me permito recomendarte es este disertación escrita por Juan Manuel Hurtado López, “La credibilidad del mensaje del Evangelio”, la encuentras en el siguiente enlace:


http://www.christus.org.mx/descargas/Hurtado.pdf




1 comentario:

  1. EL ILUSTRE TATA VASCO

    “A Pátzcuaro y Santa Fe, consagró su santa fe.”

    Te evoco a ti, Don Vasco de Quiroga,
    grandiosa tu obra, que la injusticia ahoga,
    quisiera recordar tu tierna esencia,
    luego abundar . . . en tu benevolencia.

    Querer al prójimo, quitarle lo sufrido,
    del nuevo mundo, anhelo esclarecido;
    un cuento de hadas, aquella fiel nacencia,
    en esa España, en plena efervescencia.

    Fue Madrigal de las Altas Torres,
    la tierna cuna de tus amores,
    el Reino de Castilla la Vieja,
    sobrio presagio de tal grandeza.

    Año de mil cuatrocientos setenta,
    de cierta oscuridad, siempre irredenta,
    nació junto contigo la bondad,
    fe, austeridad, abrigo, caridad,

    De dos seres hermosos, tú brotaste,
    cariño en la niñez, así encontraste,
    más, Dios, te dotó de algo inmanente,
    abriendo el cielo a tu corazón, latente.

    ¿Quién cinceló ese ser maravilloso,
    sensible, desinteresado, generoso?,
    ¿quién sembró en tu mente, de soñador,
    la semilla de la humildad y el candor?

    Estudias a Erasmo, a Santo Tomás,
    les captas lo bueno, eso . . . nada más,
    adoras a Vives, al gran Pedro Mártir,
    con México sueñas, piensas compartir.

    Los Sacros ideales de la perfección cristiana,
    con la enorme raza p’urhépecha, michoacana;
    al indio le diste muy franca la mano,
    por ese detalle fue más que tu hermano.

    Estudiaste leyes, derecho canónico,
    erudito Juez, de corte Platónico,
    Oidor, Sacerdote, Obispo muy sano,
    todo lo que hiciste nunca fue en vano.

    Noble castellano, castizo hombre hidalgo,
    entregaste todo, sin quedar con algo,
    tierna simpatía por tus semejantes,
    de los buenos tratos todos demandantes:

    “Poder de juicio, acertado,
    todo individuo tu aliado,
    forjando psique . . . espiritual,
    educas todo ser . . . corporal.

    Santa Fe de la Laguna,
    sociedad como ninguna,
    Hospital-Pueblo anhelado,
    un deseo cristalizado.

    La “Utopía” de Tomás Moro,
    trabajo, alma, amor, decoro,
    la hiciste una . . . realidad,
    tolerancia, humanidad.

    Virtudes tuyas, sinceras,
    con abnegación, de veras,
    pacifista religioso,
    forjaste núcleo amoroso.”

    En Pátzcuaro, se te valora y admira,
    habría que desechar crueldad, coraje, ira,
    gracias a esa enseñanza, reconciliadora,
    apegarnos los seres humanos a tu aurora.

    Mira, que bellísima está la Basílica,
    en la que descansan tu osamenta, tu súplica,
    tus ánimos que, velados por la Virgen,
    nos impiden olvidarnos de tu imagen.

    Permíteme decirte, Ilustre Tata Vasco,
    la generosidad hace de la miseria . . . un asco,
    ¡viva tu modestia, tu ideario y fidelidad!,
    que, en este suelo, jamás impere la maldad.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Dedicado al Sr. Presidente Municipal de Pátzcuaro, Michoacán, México, C. P., Jorge Gabriel Pita Arroyo
    Registro SEP INDAUTOR No. 03-2012-030612580800-14

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