jueves, 10 de noviembre de 2011

Antonio de Elejalde, artista vasco que dejó una profunda huella en Salamanca.

Es el templo de San Agustín, la obra arquitectónica de mayor mérito que dentro del municipio de Salamanca se localiza y es tal su valor que está dentro de las tres obras arquitectónicas más importantes del estado y uno de los templos cuyos retablos están catalogados a la par de San Francisco Xavier en Tepotzotlán y La Valenciana en Guanajuato. Justo será darle la importancia que merece al constructor del templo y elaborador de los primeros retablos que allí hubo: Antonio de Elejalde, el Viejo. Será bueno aclarar que en la mayoría de la literatura que sobre el templo agustino de Salamanca hay, lo menciona siempre como Elexalde, pero, consultando con la Real Academia de la Lengua Vasca, nos dicen que la equis se usaba anteriormente, y en la actualidad debemos de escribir el apellido con jota.

En el mapa anterior vemos la zona que abarca el País Vasco, o Euzkadi; en este mapa vemos como es que se divide en tres provincias: Bizkaia, Araba y Gipuzkoa y es allí en esta tercera provincia que nace nuestro personaje, el constructor, entallador y pintor Antonio de Elejalde y Vergara quien desarrolló su arte en esa región algunos de ellos junto a su padre, Juan de Elejalde.

España había apenas salido de una muy larga dominación árabe, ocho siglos en los cuales las artes se vieron influenciadas por ellos. Para 1492, año en que son expulsados los últimos árabes, España comienza a adquirir sus propios estilos de construcción, es entrado el siglo XVI que el Plateresco irrumpe y adquiere características propias, un poco influenciado por el Gótico Isabelino. Y en una de las regiones españolas, Burgos, fue donde tomó un particular sello al que se le denominó Burgalés.

Datos precisos, como la fecha de su nacimiento no me ha sido posible encontrarla pero sí que era originario de una comunidad llamada Mondragón en Guipuzcoa. "La primera mención de la iglesia de San Román surge con motivo de una escritura de convenio sobre la pintura de su altar mayor. Consta que en el año de 1590 se sucitó un proceso con la curia de Pamplona, por el que sabemos que el pintor del retablo fue Antonio de Elexalde, vecino de Arrasate-Mondragón. En el Archivo Histórico de Protocolo de Oñati se guarda un documento por el que se deduce que Juan y Antonio de Elexalde intervinieron en el año de 1591 en la pintura del retablo de San Pedro; en Zumaia" (1).

Años antes, entre 1540-1580 Antonio de Elejalde estaba incluido en la lista de los más destacados artistas de la región, junto a Diego Guillén, Domingo de Amberes, Simón de Bueras, Juan de Esparza el Viejo, y Rodrigo y Martín de la Haya. Y se le consideraba de "los más relevantes imagineros de Burgos". El diagrama que vemos corresponde a la Igeslia de San Esteban, lugar en donde se ubica el Museo del Retablo. Aquí es donde se encuentran dos retablos elaborados por Antonio de Elejalde.

Antonio de Elejalde tenía un hermano, el cual tomo el hábito de San Agustín y ambos llegaron a la Nueva España hacia finales del siglo XVI, se establecieron en Valladolid, esto debido a que allí había un asentamiento de vascos que seguramente los acogieron y apoyaron. Al poco tiempo, para 1609 que se hace la creación de la Provincia agustina de San Nicolás de Tolentino, Martín, el hermano de Antonio va obteniendo mejores posiciones dentro de la órden hasta llegar, en 1634 a ser el padre provincial, dando con ello un gran impulso a la mejora y decorado de los templos agustinos, Querétaro y Valladolid serían los primeros en obtener retablos diseñados por Elejalde, y para 1640 se encargaría del diseño del templo y claustro menor de San Agustín en Salamanca.

Vendría luego un segundo aire dentro de la órden agustina la cual había acumulado ya la riqueza suficiente para ordenar la construcción de nuevos retablos en Salamanca, le tocaría al hijo de Antonio de Elejalde el Viejo, Antonio de Elejalde el Joven, hacerse cargo de ellos. "Los retablos, por modestos que fuesen, eran costosos. En su eleaboración intervenían muchísimos operarios, pintores, doradores, escultores, ensambladores, carpinteros, maestros, oficiales y aprendices..." (2). Esto que dice Guillermo Tovar de Teresa en cuanto al número de artistas que se requerían para elaborar un retablo me hace pensar en que tan cierto pudiera ser eso que siempre se ha dicho en Salamanca de que Antonio de Elejalde trabajó solo con cinco personas...

Fuentes:

1.- Departamento de Cultura, Juventud y Deporte. Diputación Foral de Gipuzkoa. Sitio Electrónico.

2.- Tovar de Teresa, Guillermo. Consideraciones sobre retablos, remios y artífices en la Nueva España en los siglos XVII y XVIII. El Colegio de México.

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