Si has seguido mis pasos por este blog, o por el otro llamado El Bable, o por mi cuenta en Facebook, te habrás enterado de las publicaciones en las que he participado junto a la editorial local Raíces y sabrás que ya salió el Boletín del Archivo Histórico de Irapuato en el que tuvieron a bien darme el espacio para publicar el estudio que sobre Tomasa Esteves hice. Todo eso lleva mucho tiempo, más de que imaginas.
Desde hace varios meses me encuentro trabajando en otro tema, uno relacionado con las Haciendas de Salamanca, en él llevo ya seis años recabando información y desde hace cuatro meses estoy inmerso en el tema, organizando, verificando, clasificando toda la información que he colectado en distintos archivos y libros. Eso me ha llevado más tiempo del que imaginé, voy a la mitad del periodo que pienso cubrir, esto implica que muchas de mis salidas que hago a los ranchos y a las fiestas patronales de Salamanca, allí quedan y de pronto me doy cuenta de que no las he publicado, como es el caso del día de hoy, de algo que ocurrió el 8 de septiembre y que por motivos varios no las publiqué en su momento.
Estas tomas las hice el día de la festividad de la Inmaculada Niña María, celebración que creo, debido al equilibrio que guarda la filosofía en que se basa la religión, que es la dualidad, expresada a través del hombre y la mujer, entendida como Jesús y María. Si existe una festividad del Niño Jesús, se creó, al paso de muchos siglos, la festividad de la Niña María. Tengo entendido de que esta celebración de la niña se originó en México, lo que no estoy seguro es si el Vaticano la aprobó para ser celebrada en todo el mundo o se limita sólo a nuestro país.
Dejo, pues, memoria de la fiesta celebrada en la Parroquia Antigua el día en que se celebró a la Inmaculada Niña María, el pasado 8 de septiembre de 2015.
Me podrían pasar algún Email y Teléfono para comunicarme a este maravilloso sitio?
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