Todo el tiempo virreinal en Salamanca no hubo notorios cambios, fuera de que, al principio, la población no creció pues muchos se fueron a Valle de Santiago y mientras se solucionaban los problemas de propiedad de tierras la villa de Salamanca tuvo contados con los dedos, de pies y manos, pues eran 20 los españoles que había en la villa, incluidas sus familias. Será hasta luego de ochenta años que la villa crezca en número de habitantes. El siglo XVIII se mantendrá... digamos que estable, pero padeciendo los problemas que todo el reino tenía: epidemias, sequías y las consecuentes hambrunas. Pero cambios notorios no habrá.
Igual ocurre en el siglo XIX, los cambios no eran precisamente grandes, fuera de que en ocasiones estaban los insurgentes y en otras los realista, igual ocurrirá en tiempos de Santa Anna... y de Juárez y no será hasta 1880 que Salamanca sufra un verdadero cambio que rompa con la monotonía establecida a lo largo de 277 años, pues será elegida como escala del Ferrocarril Central Mexicano.
Al poco tiempo, en 1895, adquirirá el grado de Ciudad, para entonces era en el límite norte la zona de gran movimiento, justo en rededor de la estación del tren. De ahí partían al norte o a la ciudad de México... o llegaban de allá para acá. Allí se daba un fuerte comercio de telas, rebozos, sombreros, guantes... todas las manufacturas salmantinas se comerciaban en la estación del tren, cuando éste avanzado sistema de transporte llegaba. Allí había ya corrales pues una vez vendido el ganado en pie, se embarcaba a su destino por tren. Y ni que decir de las cosechas, el campo de esta parte del Bajío prosperó debido a la facilidad de embarque que proporcionaba el tren.
Ya en el siglo XX, una vez comenzada la Revolución, la estación se vuelve testigo del paso de villista, carrancistas y maderistas. Recordemos aquello que se dice que "la Revolución se hizo en tren". Una vez alcanzada la paz, siguió siendo punto de embarque de maíz, trigo, sorgo, garbanzo y otros granos que por aquí se producían.
Será en 1945 que Salamanca sufra otro cambio notable pues comienza a construirse la refinería de petróleo, una extensión del tenido de vías entrará a la nueva instalación de Petróleos Mexicanos y desde allí en carros tanque se embarcará, especialmente, el chapopote que se usó para pavimentar todos los caminos de Mëxico... la estación verá pasar cientos de carros tanque todos los días, especialmente el lunes (si mal no recuerdo) que era el día de llenado.
En los años cuarenta y cincuenta, la estación seguía siendo de gran movimiento, el servicio en Pullman transportaba en 8 o 9 horas cómodamente a todos aquellos que necesitaban ir a la capital del país... pero ya en los sesenta el transporte de pasajeros era más rápido por carretera, así que la demanda del tren de pasajeros era cada vez menor hasta que, en los ochenta dejaron de pasar los carros de pasajeros... pero el movimiento de carga seguía. Diariamente el tren rumbo norte o sur pasaba tres o cuatro (no sé exactamente cuántas) veces.
En nuestros día el tren ya no se detiene en Salamanca, el destino de muchos de sus carros son las plantas armadoras de vehículos, la Mazda aquí, en Salamanca o la GM en Silao... es ahora que vemos pasar cada día montones de enormes vagones que llevan los autos, o las partes que vienen de diferentes lugares para ser armadas acá.
Y lo que pasó, como ha ocurrido en prácticamente todas las poblaciones de México, que sean los tendidos férreos que las autopistas que estaban "fuera de la población" cuando fueron construidos, ahora las cruzan. En el caso de Salamanca el tren pasa justo por mitad... antes, lo recuerdo, como no había paso a desnivel, cada operación del tren implicaba el detenimiento de toda actividad... no se podía cruzar de un lado para el otro. Al comenzar los setenta el primer desnivel, el de Zaragoza alivió en mucho el problema.
Actualmente hay son varios los desniveles... en ocasiones son trenes de tres máquinas y un número enorme de carros, cuando cruza el que viene de Manzanillo, aquello es increíble ver la cantidad de contenedores que lleva... el tren sigue siendo motor de actividades, solo que, ya no lleva pasajeros, solo carga y su paso por Salamanca sigue siendo emblemático, desde que comienza a silbar anunciando su inminente llegada, unos minutos antes, pasará sin detenerse... las cosas han cambiado mucho.
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