domingo, 23 de mayo de 2010

Salamanca en la confluencia de territorios. ¿Bendición o Penitencia?

Para adentrarnos al estudio de la fundación de la Villa de Salamanca es necesario ubicarnos geográficamente en lo que eran los territorios que los antiguos mexicanos habían ya determinado como su propiedad. El río Lerma era el que formaba la frontera natural dividiendo hacia el norte a los Chichimecas y al sur a los Tarascos.


Chichimeca es el nombre genérico que denomina a todos los pueblos “bárbaros” que habitaban del Bajío hacia el norte, hasta el desierto de Chihuahua; estaban conformados por una buena cantidad de grupos, cada uno con nombre y territorio propio, hacia el sur encontramos a los Guamares, sus dominios llegaban hasta el río Lerma, es decir, era un frontera entre ellos y los Tarascos, pero, a poca distancia y rumbo oriente estaba otro pueblo, el Otomí. Con esto concluimos que en la zona que actualmente ocupa Salamanca, confluían Guamares, Tarascos y Otomíes.


Una vez sometido el pueblo azteca, los españoles trataron de entender que tan grande era el territorio conquistado; las primeras incursiones las hicieron hacia el sur de la ciudad de México y de allí tomaron rumbo occidente, llegando a Michoacán, la riqueza que los territorios ofrecían fueron vistos desde un principio y es Hernán Cortés quién toma posesión de esos territorios bajo la forma de encomienda, y, siguiendo aquel dicho de que “el que parte y comparte, se queda con la mejor parte”, obtiene lo que en la actualidad sería el norte del estado de Michoacán.


“Las encomiendas fueron establecidas en el año de 1524, pues los cristianos españoles iniciaron el reparto del territorio recién conquistado tanto el mundo mexica como del área michoacana. Hernán Cortés estableció el sistema de encomiendas y con este sistema administrativo pretendió servir a Dios, al rey de España, a los intereses particulares de los españoles y beneficiar a los nativos”. (1)


Esta, digámoslo así, casualidad, de ubicación de Salamanca en una zona que era el punto de confluencia de tres grupos, de tres pueblos, se vuelve a dar una vez que se hace la primera repartición de encomiendas por parte de Hernán Cortés, que, como pago a los servicios dados durante la conquista, sus Capitanes obtienen enormes territorios y son precisamente tres de esas gigantescas extensiones de terrenos que vuelven, casualmente, a confluir en lo que hoy es Salamanca.


“Así tenemos que durante la segunda mitad del siglo XVI, prácticamente toda la entidad guanajuatense se encontraba en manos de cuatro terratenientes: Hernán Pérez de Bocanegra en el sureste; Juan de Villaseñor en la parte sur-occidental y Juan de Jasso y Luis de Castilla en el centro y norte, respectivamente. Estos personajes fueron además importantes defensores fronterizos que fortalecieron la presencia española en los dominios chichimecas y contribuyeron a su pacificación. Por lo general estos grandes propietarios del norte radicaban en la ciudad de México o en las principales ciudades del Bajío, dejando sus estancias y haciendas al cuidado de un administrador”. (2)


Al poco tiempo, los enormes territorios asignados por encomienda a Pérez de Bocanegra, serán compartidos por otro conquistador, López Trujillo, quedándose el primero con los Apaseos y Salvatierra con el segundo, ambos peleando la posesión de la parte de la confluencia del río Laja con el Lerma, es decir, Salamanca.


“En tierras guanajuatenses, la estancia lograría imponerse como el más eficaz elemento colonizador, por encima de otros como el presidio y la misión, ya que en la mayoría de los casos evolucionarían hasta convertirse en población urbana de las más diversas categoría (congregación, pueblo, villa o ciudad). Así lo demuestra el hecho de que 23 de las 46 cabeceras municipales del actual Estado de Guanajuato se hayan originado a partir de estas unidades agropecuarias”. (2)


Hay un conquistador más que conocemos muy bien por su nombre: Sancho de Barahona, pero ¿un conquistador aceptaría tan solo una estancia? Eso está de dudarse ya que en nuestras medias actuales una estancia equivale a 1700 hectáreas, aproximadamente y los conquistadores se llevaban descomunales dimensiones de territorio… la pregunta es ¿quién fue Sancho de Barahona?


Fuentes:


1.- Reyes García, Cayetano. Tzacapu. Las piedras universales. El Colegio de Michoacán. Morelia, 1998.


2.- Pérez Luque, Rosa Alicia. Importancia de la estancia en el proceso colonizador del Estado de Guanajuato. Archivo Histórico de Guanajuato, 1989.



No hay comentarios:

Publicar un comentario