miércoles, 22 de abril de 2015

El Día de la Tierra en Salamanca, Guanajuato; 2015.

   "Un día como hoy, en 1970, el senador estadounidense Gaylord Nelson quiso crear una conciencia común a los problemas medioambientales, a raíz de su frustración porque este tema tan delicado no ocupaba ningún lugar en las agendas de los políticos estadounidenses, así que decidió crear el Día de la Tierra, fijado en el 22 de abril. Esta fecha coincidía con con el cumpleaños de Vladimir Lenin, una coincidencia que hizo pensar a muchos que el Día de la Tierra se trataba de una conspiración comunista. “El objetivo de Lenin era destruir la propiedad privada, objetivo que también comparten los ambientalistas” alegó en 2004 la web Capitalism Magazine".

  "Sin embargo, y a pesar de estas acusaciones, el primer día dedicado a nuestro planeta en 1970 consiguió una participación de más de veinte millones de personas en EE.UU y, hoy en día, más de mil millones de personas en 180 países son partícipes de esta celebración, según los datos que aporta Rogers". (Tomado del portal Ideal de España.)

   Sale de sobra hablar más sobre el tema de la concientización en temas medioambientales en esta ciudad en donde vivimos, Salamanca, la del Bajío. Mi nariz me lo dice todos los días, mis oídos me lo reclaman todas las noches, y mis ojos se ofenden todos los días, a todas horas, en cualquier lugar de la población, sea la zona urbana que la rural, sea en las partes privilegiadas que en las medianamente privilegiadas que en las que de plano esos privilegios no son conocidos. Basura por todos lados.

    No creo, nunca lo he pensado, que esto de la basura sea una cosa del mal funcionamiento del Gobierno, es más bien un mal funcionamiento de la educación que recibimos en casa, donde todo comienza. El ordenar, separar y depositar adecuadamente se aprende en casa, no en la escuela. El que no lo apliquemos es otra cosa.

   Desde hace tiempo tengo por norma levantar toda la basura que encuentro en mi rededor, lo cual quiere decir en la calle en la que vivo. Esto no es nuevo, lo hago desde hace mucho. Al grado que, cuando viví en Cancún, había gente que me dejaba las bolsas de basura frente a mi puerta, o en la puerta del edificio para que yo la depositara en donde correspondía, sale de soba decir que eran manos anónimas las que lo hacían y cuando viví en Los Cabos, una vez un niño fue a tocar a mi puerta preguntando "por el señor de la basura".

    Aquí en Salamanca vivo por el rumbo de las Reynas, (con y aunque se escribe con i), zona que se supone que es de nivel medio y la constante son papeles embarrados de caca tirados por uno y otro lado, residuos de comida que, en la noche, los perros callejeros esparcen a su gusto. Y ni siquiera hoy, Día de la Tierra, me puedo dar el gusto de ver limpio mi entorno.

    Veo que niños, muchos niños están ya inmersos en el mundo de la basura, es decir, en el paisaje lleno de basura, es lo que han conocido, es lo que nosotros, los adultos, les hemos entregado por mundo. Lamentablemente es la constante en el país, salvo contadas, contadísimas localidades. Todas las fotografías que ves ahora las he tomado en diferentes rumbos de Salamanca, y todas en lo que va del año.


















1 comentario:

  1. Hola!
    Gracias por compartir estas fotos y en general por tu blog, lo leo con frecuencia.
    Yo crecí en Salamanca y en ocasiones voy a visitar a mi familia, es increíble que una vez entrando a la ciudad los ojos me lloran pero no necesariamente de alegría sino por los altos niveles de contaminación que se perciben..
    Como bien dices, la gente al parecer se acostumbra a vivir de cierta forma y lo ve como su entorno natural, es triste para mí ver a Salamanca sucia, olorosa y sin árboles además..
    Ojalá que un día al menos despierten los salmantinos de ese letargo en el que se vé que muchos viven, para un futuro mejor del bajío y de las generaciones futuras.
    Un saludo cordial!

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