Partiendo de esa duda que mucha gente que conoce la, digamoslo así, "historia oficial" de Salamanca, de que si fue fundado primero un Curato en 1563 por don Vasco de Quiroga, primer Obispo de Michoacán, ¿cómo fue posible que luego de 40 años se fundara la villa en 1603? Hemos dado ya cuenta aquí que el único autor en mencionar la fundación del curato en ese año es Juan José Moreno y dice que se hizo simultaneamente el de San Miguel el Grande con el de la villa de Salamanca (1) a eso, don José Rojas Garcidueñas, se cuestiona: ¿cómo pudo erigir curatos en lugares que no existían o es que ¿quiere decir Moreno que don Vasco designó curas para atender poblados que fueron luego San Miguel y Salamanca? (2) Aquí habría solo que remarcar una cosa, San Miguel el Grande se fundó en 1542, por lo que si don Vasco elevó a parroquia su templo suena lógico, no así el caso de la villa de Salamanca que, para entonces, efectivamente aun no existía. Tal vez esta confusión se deba a la leyenda que sobre la llegada del Cristo del Señor del Hospital a Salamanca se ha difundido.
Para entender esto mejor, haciendo a un lado las leyendas y solo yéndonos a documentos históricos, será bueno recordar que cuando se da la licencia y merced para la fundación de la villa de Salamanca, en 1602, se estipuló, entre otras cosas que "... y esto se entienda en propiedad por merzed que en el dicho Real nonbre les hago si dentro de dos años edificaren las casa y hisieren besindad de dies años continuados los quales corran desde luego y dentro de ellos se les prohibe el poder bender y enagenar lo que asi se les repartiere..." (3). Esto implicaba que para los 30 hombres casados que recibieron su terreno se deberían quedar en el lugar diez años, es decir, hasta 1613 al menos. Y si eran 30 hombres casados, habría, evidentemente 30 mujeres, más sus hijos y su personal de servicio, pensemos que sería la población de 150 personas en esa década.
Sabemos muy bien que pocos años después, en 1607 se funda lo que hoy es la ciudad de Valle de Santiago. Al leer a don Benjamín Lara González encontramos un dato que llama extraordinariamente la atención, cuando menciona que "el (onceavo) obispo de Michoacán (1639-1666), fray Marcos Ramírez del Prado y Ovando con el testimonio de una visita pastoral a la Villa de Salamanca y la encuentra poco habitada "porque sus habitantes tenían la preferencia de congregarse en el Valle de Santiago" (4). Con esto podemos deducir que habían notado ya que las tierras del valle eran aun más pródigas que las de la región cercana a la Villa de Salamanca, habían pasado ya esos diez años establecidos, practicamente por contrato, para quedarse fijos en Salamanca y a partir de 1613 comenzaría la reubicación de esos primeros españoles que llegaron a asentarse. La respuesta la encontramos al leer al Dr. Alberto Carrillo Cázares de El Colegio de Michoacán:
"La Villa de Salamanca, fundada hacia 1602-1604 (P. Gerhard, 1985, pp. 67-68), curato de clérigos, no figura en las listas de curatos de los obispos Antonio Ruiz de Morales y Molina (segundo obispo 1566-1572) ni Juan de Medina y Rincón (tercer obispo 1574-1588). En cambio la reseña puntualmente el (octavo) obispo Baltazar de Covarrubias y Muñoz (1608-1622) que la ha visto nacer. (el autor menciona esto debido a que la visita del obispo Covarrubias fue en 1620 y dijo que:) "La Villa de Salamanca habrá 14 o 15 años que se pobló esta villa, por la gran fertilidad de doce leguas de tierra llana que tiene para trigos de regadíos. Hay en ella iglesia parroquial, de que es beneficiado Hernando Gaytán de León, que también lo es de la congregación de Irapuato, tres leguas de esta villa, ministro antiguo, de buena vida y ejemplo" (BRP, ms. 2,759).
Y en la minuta de 1631 no hay noticia de su población por ser de españoles y no de tributarios. El (décimo) obispo Francisco de Rivera y Pareja (1629-1637) en 1636 hace mención del convento agustino que tenía entonces la villa diciendo "es pobre y corto" (AGI, Aud. de Méx., leg 374). La relación del deán García de Dávalos anota en 1640 como villa poblada por españoles: "Villa de Salamanca, tiene el cura que la administra sus quatro nobenos conforme a la erezión de la Cathedral" (BNM, ms. 3,047).
En cambio Francisco Arnoldo de Isassy en su descripción de 1649 afirma que no llega a veinte los vecinos que asisten en la villa, añadiendo que con los de las estancias "los feligreses de confesión y comunión de este beneficio son quatrocientos poco más o menos". En cuanto al lugar dice:
"el temple, cielo y suelo es muy bueno, su asiento a la orilla del Río Grande en parte alta no puede anegarla en sus contornos fertilísimos, y de tanta agua que se puede regar con el Río Grande seis leguas de llano. Ay siete haciendas de ganado mayor cuantiosas y veintiseis labores de trigo de riego en que siembran españoles y otras siete que alquilan y cultivan indios, donde se coje mucha cantidad de trigo, y en los montes y quebradas mucha miel blanca de abejas silvestres. La villa tiene muy pocos vecinos porque los más habitan en sus haciendas del valle de Santiago, donde hay parroquia y un ayudante de cura por la dificultad de pasar el Río Grande (YS-DR, p. 125).
En el padrón de 1683 se cuentan 802 vecinos de todas calidades, en la villa y sus estancias y rancherías, que pocas se distinguen por sus nombres, sino por "casa y familia" del estanciero. Firman el 27 de abril el vicario, bachiller Francisco Fernández de Aguirre Riofrío y el cura Joseph de Solís y Grijalva. (5)
De los resultados del censo mencionado, de esa "cuenta de vecinos" que arroja un total de 802, en la Villa de Salamanca estaban asentados 214, de ellos 32 españoles, 5 indios y el resto mestizos; En los ranchos y estancias el total era de 352, todos mestizos. En Nativitas 128 indios; en San Juan de la Presa 21 indios y en San Pedro 22 indios. Los restantes 65 para acabalar el total no me fue posible saber en donde estaban asentados ya que el documento que consulté está incompleto, justo en la última página del censo, donde da los totales.
Lo diré una vez mas: la Historia de Salamanca es rica, es cosa de tomarnos el debido tiempo y escarbar hasta lo más profundo de toda biblioteca para ir recuperando uno a uno sus capítulos.
Fuentes:
1.- Moreno, Juan José. Fragmentos de la vida y virtudes del Illmo. Rmo. Sr. D. Vasco de Quiroga. Imprenta del Real y más antiguo Colegio de San Ildefonso. México, 1766.
2.- Rojas Garcidueñas, José. Salamanca. Recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.
3.- Licencia y mercedes otorgadas en 1602 por el virrey conde de Monterrey para la fundación de la Villa de Salamanca. Apéndice I. En José Rojas Garcidueñas.
4.- Lara González, Benjamín. En el mero Bajío. TomoI. Valle de Santiago, 1999.
5.- Carrillo Cázares, Alberto. Partidos y padrones del Obispado de Michoacán 1680-1685. El Colegio de Michoacán. Zamora, 1996.
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